
Economía fetal
Daba pataditas a ritmo de producción,
un calor de bombilla cansada,
bombardeo de información,
como venderle pintauñas a una monja ,
marketing en la placenta,
la tarjeta de crédito en el corazón,
ya no se oye el Bum-Bum,
solo el ritmo chirriante del consumo.
Sonrío el feto pensando,
que el suyo era un útero de primera clase.
Y el futuro desgraciado nacería,
pidiendo un trozo de exclavitud
envuento en papel rosa.
Eh ,tú,bienvenido a la sociedad
Alejandra Lara
No hay comentarios:
Publicar un comentario