lunes, 12 de diciembre de 2016

Irene Martínez Rica, Déjame entrar

La película habla sobre el primer amor de una persona hacia otra, haciendo ver que a cualquier edad uno se puede enamorar, ya sea con más o menos sentido.
Oskar es un frágil muchacho de 12 años que ha crecido en el seno de una familia desestructurada y que pasa sus días entre su obsesión por los asesinos en serie y el acoso constante que sufre en el colegio a manos de sus compañeros de clase.
Oskar sueña despierto con infligir dolor a todos aquéllos quienes le tienen atemorizado y le intimidan a diario. Su necesidad nace del dolor, del miedo. Necesita dar un vuelco a su vida. Ser otra persona. Más fuerte. Más capaz. Y encontrará en Eli el detonante que requiere para llevar a cabo ese cambio (es la propia Eli quién le recomienda a Oskar que devuelva el golpe, con fuerza, cuando aquel le explica que sufre el acoso de sus compañeros). Junto a Eli, Oskar experimentará la amistad y el primer amor, sentimientos y emociones que hasta aquel momento, le resultaban inalcanzables.
Por momentos, Déjame entrar provoca auténtico pavor ya que la niña no es bien vista.

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