La encontró en el salón de casa,ese sábado por la mañana,
entre miles de papeles de oficina que debía terminar.
Angustiada,con más de cien cafés en su bandeja.
No soportaba verla así,todos los días,
cada sábado por la mañana.
Un día,la cogió de la mano y le dijo;
"Nos iremos lejos de estos documentos,
nos iremos donde nadie ha llegado.
Nos iremos donde nuestras responsabilidades no puedan encontrarnos,
llegaremos corriendo hasta el fin del mundo.
Cuando lleguemos a la nada gritaremos,
todo lo que siempre nos prohibieron decir,
ahora ya nada importa.
Estoy aquí contigo y quizás ahora,
nada más importa."
Se fueron,
estaban rodeados de gente
pero se sentían solos,
se sentían únicos,
por una vez estaban viviendo al máximo,
como se debe vivir.
Terminaron de quemar el día,
solo les faltaba la noche.
Eran las diez,
y sonaba puro rock and roll en la radio de aquel bar,
estaban rodeados de las mejor cervezas que encontraron.
Terminaron el sábado noche bailando
debajo de las únicas luces que quedaban,
la luz de las farolas
pero para ellos,
eran estrellas.
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